martes, 4 de noviembre de 2008

Lo bueno


Que no, que Roma mola, lo que pasa es que también tiene sus defectillos. Me voy a redimir con este post que ya me dieron un toque del ministerio de turismo romano porque es tanta la afluencia de gente en este blog que nadie quiere ir a Roma. En fin, la ciudad eterna, esa en la que a cada paso hay una obra de arte. Personalmente en Roma he descubierto que una iglesia no es solo ese sitio en el que vas a escuchar lo que dice un señor con sotana. También es un refugio (que nos lo digan el día que llovió), un monumento, un lugar de descanso, de silencio, de paz, una obra de arte, un punto para perderse...(hay más de 900 iglesias según el Lonely Planet).

La comida. Por supuesto no todo es pasta, pero está claro que Marco Polo tuvo su mérito al traerla de lejanas tierras. Los spaguetti carbonara son espectaculares en cualquier sitio pero las pizzas mejor en los baratos que en los caros. Para los y las amantes de las Vespas este es sin duda un paraíso. El clima en octubre es increíble, durante el día calor pero sin agobio y de noche una chaqueta y listo. La Fontana di Trevi es absolutamente impactante y unos de los sitios más bonitos del mundo. No voy a decir nada de las obras de arte, en cada metro cuadrado hay una y en una iglesia perdida de la mano de Dios, nunca mejor dicho, te puedes encontrar así de narices con el Moisés de Miguel Angel. Pasear por el Trastévere con un helado en la mano es uno de esos pequeños placeres de la vida, al igual que tomarse una cena con un vino en cualquiera de las múltiples terrazas de toda la ciudad (si puede ser ajena al tráfico mejor). Quiero decir con esto que me ha encantado, de hecho no conozca a nadie a quien no le haya gustado (a ver si me leen los de turismo aunque puede ser que esto sea lo único que no le hace falta a Roma).

2 comentarios:

Anónimo dijo...

uy los de turismoooo si se enteran te contratan de espantavespas, sólo por lo de "descubrí que una iglesia no es sólo un sitio donde habla un señor con sotana" o algo así que mas puesto!! Te doy toooda la razón!!
Yo eso lo descubrí en la catedral de Lugo durante un verano asfixiante en el que la catedral te mantenía a temperatura ambiente jejej (<- broma de díscola)

Sistema Dagoba dijo...

Sí, en verano las iglesias son una auténtica bendición de Dios y en Roma en octubre pues lo dicho, besos